Abducido por la realidad, Pedro queda absorto, en estado casi inanimado, rechazando en su matriz la idea que se le presenta de manera espontanea; la teoría de la incertidumbre lo paraliza sin darle la chance de canalizar su frustración mediante los deshechos de algunos iones desde los capilares hacia el interior del túbulo (en la zona distal, claro esta). Esto lo mortifica de tal manera que expulsa rabia por sus poros cual uranio empobrecido en una falla molecular.

martes, 27 de enero de 2015

Pedro el desdichado

“Estoy convencido que si en este mismo instante la ponzoñosa saeta de la vida perforara mi corazón y cayera desplomado vació de calor al suelo, mi madre no derramaría ni media lagrima por mí, dijo cabizbajo Pedro al chófer del taxi que solo atino a mirarlo un segundo por el espejo retrovisor para, a continuación accionar la palanca del giro sin dedicarle más atención al desdichado."

Richard Zaratustra

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